Locales 25/06/2023
QEPD
Me tiembla el pulso y el alma para escribirles por la partida de Jorge.
Como a los hombres que hemos valorado y querido tanto, imagino que compartís conmigo la sensación de que no iba a morir nunca.
Escucho el timbre de su voz y la picardía de sus gestos apretando la sonrisa, siempre desde su austeridad de movimientos pero con la calidez de su alma.
Era la voz de la experiencia del campo y los oficios cercanos, sabía de pájaros, de amaneceres, de los colores del frío en el invierno y los perfumes de las flores silvestres en primavera.
Hacía honor a la naturaleza en todas sus expresiones, el arroyo, los caballos, las vacas, los perros y los cielos estrellados, los alambres goteantes y la baba del diablo.
Experto en bondiolas, quesos, jamones y cuentos de otras épocas, nudos de soga y cuero de riendas. Sabía usar el cuchillo afilado para todos los fines, siempre alerta a los sonidos del silencio y las noches de lunas nuevas.
Un caballero de una clase de hombres que ya no existen.
Adiós Jorge querido; te llevamos en el corazón y espero que te estés tomando un vino con papá.
Te despedimos con mucha pena.
Abrazamos a toda la familia. Te recordaremos siempre. Ceci, Vero e Inés.
Cecilia Benigni
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